martes, 11 de septiembre de 2012

HOMENAJE A Dª. JOSEFINA MARÍN JARA

Publicamos la memoria que D.ª Antonia Martínez Pérez realizó para el merecido homenaje que la Hermandad de la Virgen del Rosario hizo a D.ª Josefina Marín Jara,el pasado 7 de septiembre. Sin lugar a dudas testimonios como este nos pueden ayudar a vivir la vida cristiana es esta año de la fe.


Josefina  Marín Jara

Si de algún modo quisiéramos definir el carácter de Josefina Marín Jara con una sola palabra ésta sería la de bondad, junto a una gran serenidad.

Bondad fortalecida por una inmensa fe cristiana, que sintió con profundidad y que llevó a la práctica en su actitud de vida. Porque el ser cristiano no garantiza menos avatares o desgracias en la vida, sino el afrontarlos con templaza  y esperanza en Cristo y ella así lo hizo.

No se trata tampoco de grandes heroicidades, sino el de actuar como una cristiana practicante, manifestando tu confianza en Cristo, tanto en tus palabras como en tus acciones. Y trasmitir en tus actuaciones diarias la nobleza de espíritu, la humildad, la prudencia en tus comentarios, la amabilidad con tus semejantes, el inmenso amor y entrega a tu familia, como ella lo hizo. Esto que parece tan obvio, pero que no siempre se cumple y todavía parece más difícil en los momentos actuales de desasosiego y desapego cristiano.

Y que parece también difícil cuando la vida te da golpes duros como la muerte prematura de un marido o de tu hijo, y ese dolor desgarrador lo vives con la templanza y la esperanza cristiana. O pones todo tu esfuerzo para –ante varapalos de la vida- sobreponerte para sacar tus hijos adelante y de la manera más feliz posible. Para ello hay que fortalecerse espiritalmente y ella así lo hacía. Comentaba su hija María José cómo le gustaba  tener como libros de cabecera las Sagradas Escrituras, y, sobre todo, las vidas de santos con sus mensajes ejemplificadores. Ellos también habían sufrido en su martirio, sin embargo,  y el amor por Dios era cada vez mayor.

 Devota de nuestra patrona la Virgen del Rosario, Josefina participó, en la medida de sus posibilidades, en el proyecto que se emprendió con la nueva edificación de la Iglesia. Cuando nestro párroco, D. Francisco, hizo una llamada a las mujeres de la parroquia para financiar sus gastos, ella –entre otras muchas- asumieron esta responsabilidad colaborando en todo lo posible. La vida de la Iglesia la sentía como suya propia.

Por todo ello, como comunidad cristiana que somos, es lógico que queramos tener nuestro más grato recuerdo y cariño para quienes de una u otra manera han manifestado, en su espíritu y sus actuaciones, una actitud profundamente cristiana, como lo ha sido Josefina. Sentimiento que transmitimos a todos sus familiares y a sus hijos. En estas fechas tan especiales que nos preparamos para celebrar la Festividad de Nuestra Patrona la Virgen del Rosario.

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